AUTORIDAD SÍ, PERO SOBRE LAS FUNCIONES, NO SOBRE PERSONAS

Una de las características distintivas de la Holacracia es su estructura organizativa horizontal frente a la verticalidad del antiguo organigrama (recuerda, eran un pirámide). Es decir, se lleva a cabo una gestión sin jefes. ¡OJO! ¡No significa que no haya autoridad!. Sigue habiendo autoridad solo que esta está distribuida. Distribuida no entre los humanos individualmente, sino entre las funciones que estos cumplen. De esta manera, se organiza la compañía en torno al trabajo que hay que ejecutar y no tanto en torno a las personas y los cargos responsables de ello. Esto lleva a que sea crucial que cada persona sea autónoma y sienta corresponsabilidad. Convirtiéndose en un modelo ágil, donde cada uno se ocupa de sus funciones sin intermediarios. ¡Bye, Bye cuellos de botella!

Claro, tras leer esto muchos diréis, “Pero entonces, ¿se puede hacer todo lo que uno quiera? No, no no... Hay una regla de oro, una red de seguridad: puedes llevar a cabo cualquier acción que sirva para desarrollar tus funciones, siempre y cuando NO CAUSES UN DAÑO a otro rol o círculo  😉

ROLES, COMO LA VIDA MISMA

Estas funciones/responsabilidades de las que hablamos están agrupadas dentro de roles. Aquí aparece uno de los puntos claves de este sistema: se parece mucho a como funciona la vida en sí, ya que  una sola persona puede desempeñar varios roles a la vez (o viceversa: varias personas pueden ocupar un mismo rol).

Si nos paramos a reflexionar sobre la vida cotidiana, nos daremos cuenta que en ella solemos desempeñar varios roles a la vez con absoluta naturalidad. Somos madres, maridos, hijas, trabajadores, amigos... Cada uno de estos papeles va acompañado de diferentes expectativas y responsabilidades. ¿Por qué entonces en el trabajo deberíamos limitarnos a poder aportar en un solo campo independientemente de los talentos que tengamos?

Además, en la Holacracia estos roles y responsabilidades son flexibles y dinámicos, pueden ser modificados e incluso pueden desaparecer de quedarse obsoletos. Esto hace que haya una constante revisión de donde puede aportar una persona su talento. Uno puede observar las responsabilidades, roles o círculos que hay o van surgiendo y considerar que tiene algo que aportar allí.

EL CUERPO HUMANO

La mejor manera de entender las cosas muchas veces es mediante la metáfora, ¿verdad?. Bien, pues quédate con esto: la holacracia es como el cuerpo humano.

Piénsalo, el hígado, sabe perfectamente lo que tiene que hacer, y lo hace (autonomía). No le pide permiso a la vejiga para llevar a cabo sus acciones, tampoco le pide permiso al pulmón. No obstante, tiene la responsabilidad de hacer su parte bien, de lo contrario, el sistema completo colapsaría (corresponsabilidad). Ya que, aunque todos sean autónomos, al final están formando parte de un todo mayor, el organismo.

IDEAS CLAVE:

  1. AUTORIDAD DISTRIBUIDA 
  2. AUTONOMÍA Y RESPONSABILIDAD EN TUS FUNCIONES
  3. REGLA DE ORO: NO CAUSAR DAÑOS A OTROS ROLES/CÍRCULOS
  4. ROLES FLEXIBLES Y DINÁMICOS
  5. TALENTO APROVECHADO 🙂
  6. HOLACRACIA = CUERPO HUMANO